sábado, 9 de octubre de 2010

Poema que escribió Adriano en su lecho de muerte

Animula, vagula, blandula
Hospes comesque corporis
Quae nunc abibis in loca
Pallidula, rigida, nudula,
Nec, ut soles, dabis iocos...
P. Aelius Hadrianus Imp.



Pequeña alma, blanda, errante
Huésped y amiga del cuerpo
¿Dónde morarás ahora
Pálida, rígida, desnuda
Incapaz de jugar como antes...?

viernes, 8 de octubre de 2010

Muro de Adriano
Localización
Entre las construcciones defensivas que Adriano construyó en las fronteras romanas encontramos el llamado Muro de Adriano en Milles Castle, en Britania. Contaba con 117 kilómetros y su objetivo era defender las fronteras de las incursiones de los caledonios. La construcción comenzó en el año 122 d.C., finalizando cinco años después. A lo largo de todo su recorrido se construyeron numerosos fuertes y puestos de guardia, mientras que en la cara norte se abrió una zanja. Estas construcciones marcarían el final de los límites máximos de expansión del Imperio Romano, retrocediendo en los años siguientes a los límites que estableció Augusto.
Puerta de Adriano en Antalya, Turquía


"No soy de los que afirman que sus acciones no se les parecen. Muy al contrario, pues ellas son mi única medida..."

"Pero entre yo y los actos que me constituyen existe un hiato indefinible. La prueba está en que sin cesar siento la necesidad de pensarlos, explicarlos, justificarlos ante mí mismo."

"De pronto (mi vida) me parece única, y por eso mismo sin valor, inútil -por irreductible a la experiencia del común de los hombres."

"Nada me explica: mis vicios y mis virtudes no bastan..."

"Una parte de cada vida, y aun de cada vida insignificante, transcurre en buscar las razones de ser, los puntos de partida, las fuentes"
"En cuanto a la observación de mí mismo, me obligo a ella aunque sólo sea para llegar a un acuerdo con ese individuo con quien me veré forzado a vivir hasta el fin, pero una familiaridad de casi sesenta años guarda todavía muchas posibilidades de error. En lo más profundo, mi autoconocimiento es oscuro, interior, informulado, secreto como una complicidad. En lo más impersonal, es tan glacial como las teorías que puedo elaborar sobre los números: empleo mi inteligencia para ver de lejos y desde lo alto mi propia vida, que se convierte así en la vida de otro. Pero estos dos medios de conocimiento son difíciles; el uno exige un descenso, y el otro una salida de uno mismo"
El hombre que no duerme -y demasiadas ocasiones tengo de comprobarlo en mí desde hace meses- se rehúsa con mayor o menor conciencia  a confiar en el flujo de las cosas.
"Me desagrada que una criatura se crea capaz de calcular y prever mi deseo, adaptándose mecánicamente a lo que presume ser mi elección. Este reflejo imbécil y deformado de mi mismo, que me ofrece en esos momentos un cerebro humano, me induciría a preferir los tristes efectos del ascetismo."