Ulysses de James Joyce

Ulises, una lectura bien difícil 

Decidí leer Ulises  por un impulso, cuando tuve en mis manos el único ejemplar que quedaba en la biblioteca ese día 4 de marzo de 2013.  

Las tapas del libro son de un negro absoluto, con una caricatura en relieve de J. Joyce. En la tapa reza:

JAMES JOYCE
ULISES
Traducción de J. Salas Subirat
Revisión y notas de E. Chamorro
Planeta

759 páginas y 171 páginas de notas. Dos puntos de libro, verde y rojo.  Es una edición preciosa, la verdad sea dicha. Sobria y elegante, para mí, incluso seductora.  ¿Lo tomo en préstamo?

Así que decidí llevármelo a casa. Al fin y al cabo, me tengo por lectora experimentada y bastante ecléctica, capaz de disfrutar de lo más sencillo y de lo que no lo es tanto.

No sabía que Ulises iba a obligarme a revisar muchas de las ideas que tenía sobre la lectura y a sacar a la luz otras que flotaban imprecisas en mi inconsciente.

Ulises es más que una lectura, es toda una experiencia, por más que esto suene a fórmula ya manida de márqueting. 

Al empezar a leerlo, directamente, sin más, me dije: Bueno, no es para tanto, se entiende bien. Las notas del traductor son continuas, a veces muy breves, otras breves y otras larguísimas . En un momento dado, tuve que tomar una decisión: ¿Leo la obra, leo las notas o leo la obra y las notas?
Me he dado cuenta, a medida que voy avanzando, de que las notas me dan información adicional sobre el texto y de que, a veces, me ayudan a entenderlo y de que otras no me aportan nada. Lo que sí que he descubierto es que las notas me ayudan a recordar qué es lo que he leído el día anterior.

Porque nunca antes me había pasado retomar una lectura donde la dejé el día anterior y al releer por encima por donde iba, no recordar nada de lo que había leído. Contínuamente me preguntaba: "¿Pero esto lo he leído? No me suena de nada" . Así que, decidía volver atrás hasta el punto en que recordaba "Esto sí lo he leído".

La sombra de abandonar la lectura apareció al segundo o tercer día de leer. UIises no se puede leer rápido. Hay que estar totalmente concentrado en lo que estás leyendo y cuando te das cuenta de que estás saturado hay que dejarlo. No permite avanzar si no es con una lectura absolutamente atenta. No te puedes volcar en la lectura y olvidarte de ti mismo, dejándote llevar por el argumento o lo bien escrita que está. Tienes que superar la pregunta "pero ¿para qué estoy leyendo esto, con todo lo que hay ahí afuera?¿Merece la pena?"
Entonces surge la pregunta metafísica "¿pero yo por qué y para qué leo?" y la respuesta es muy importante porque depende de ella la decisión consciente de seguir o de abandonar. 

Quién lee Ulises es porque ha decidido firmemente leerlo.

Seguí leyendo. Pero eso sí, combinando su lectura con otras lecturas más ligeras (que son casi todas las demás), porque supeditar leer otra obra a acabar de leer Ulises era demasiado para mi.

Leí el prólogo. No me gusta leer los prólogos de las obras hasta que no he acabado su lectura, pero me salté mis preferencias. Y, en el prólogo, descubrí el tema de la traducción. http://www.enriquevilamatas.com/escritores/escrsaerjj1.html

Así que, cuando leí algunas expresiones en el prólogo directamente en inglés, como por ejemplo "with smackfatelacking igger lips", " haw kave kankury kake", "have you a Swaggerroot por", "whorusalaminyourhighhhohhhh" o "Closetclutched swift swifter with glareblareflare scudding they scotllotshoot lumbering by" entendí las discusiones sobre el tema de la traducción.

No sólo no estoy leyendo lo que tradujo S. Salas Subirat directamente, sino lo que reescribió E. Chamorro (que parece que no tiene muy buena prensa).
http://www.enriquevilamatas.com/escritores/escrlagoe2.html

Así que me pregunté, "pero entonces, ¿qué estoy leyendo? ¿Me he equivocado al elegir leer esta versión? ¿Qué otras versiones hay?" 




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